Capítulo 229 ¿No confías en mí?
El celular de Martín sonó en el interior silencioso del auto.
Él contestó.
Del otro lado, se escuchó la voz de Diana: —Martín, ¿ya llegaste a casa?
Inmediatamente, una oleada de vergüenza invadió todo el corazón de Angélica.
¿Qué había hecho ella hace un momento?
Se había convertido en la persona que menos deseaba ser, y había hecho algo tan degradante.
Escuchar la voz de Diana en ese instante fue como una serie de agujas afiladas que se clavaban en sus oídos.
Angélica empujó la puerta.
Martín la sujetó bruscamente.
Con el rostro teñido de vergüenza, ella lo miró, encontrándose con sus ojos oscuros.
—Acabo de llegar a casa. —dijo Martín por llamada.
La voz al otro lado pareció detenerse por un momento: —Entonces, descansa temprano.
—Está bien.
—Martín. —Diana notó que él iba a colgar y rápidamente continuó: —¿No me vas a dar un beso de buenas noches?
Angélica giró el rostro hacia la ventana, diciéndose a sí misma que no debía escuchar nada.
Martín la obser

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