Capítulo 21 La Adicción al Juego
Antonio estaba de rodillas, soportando el dolor mientras se limpiaba con la mano el borde sangriento de su boca y decía con una sonrisa preocupante: —El dinero ya se gastó todito.
—¡Eso eran cuatrocientos mil dólares!
Don Tomás lo miraba enfurecido y, sin contenerse por más tiempo, lo golpeaba con todas sus fuerzas. —¡Dime, fue para pagar deudas a alguien más!
A lo lejos, Noelia escuchaba temblando. Aunque quiso moverse, se quedó completamente paralizada, y entonces lo entendió todo.
¡Ese era el dinero de la venta secreta de la casa!
Eso demostraba que, en esa ciudad, nada ni nadie podía ocultarle sus pequeños actos a Don Tomás.
Antonio dudó por un momento. Luego levantó la cabeza, apretando los dientes, y negó rotundamente las acusaciones presentadas: —Abuelo, de verdad no es así. Si no me cree, puede mandar a alguien a revisar mis cuentas; cada centavo gastado está claro y detallado.
—Además...
Antonio hizo una pausa repentina, enderezando un poco más su espalda, y pr
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