Sabrina giró la cabeza en dirección a donde provenía la voz y vio a la pareja, Lincoln y Jade.
Para Sabrina esto solo le dejaba claro una vez más que estos dos eran sus enemigos y que iban en un camino estrecho que inevitablemente se encontraría con el de ella al final.
Sabrina miró a Lincoln y Jade con una mirada solemne: "¿Ya hicieron las paces?".
A Lincoln se le llenó el pecho de ira en cuanto vio a Sabrina. Soltó la mano de Jade y se abalanzó hacia Sabrina con rabia. "Ya verás. ¡Hoy te mataré a golpes!".
"¡Señor Lynn!", gritó Kingston con voz fría y profunda detrás de Sabrina.
La mano medio levantada de Lincoln se detuvo de repente.
Lincoln le dijo a Kingston con resentimiento: "¡Asistente Yates! ¡No debería tomar el lado equivocado! ¡Recuerda que es el Amo Sebastian y no esta mujer quien paga tu sueldo! ¡No querrás provocar tu propia desgracia sin saber el porqué!".
"¡Viejo monstruo! Te atreviste a golpear a mi mamá. ¡Más vale que te cuides! ¡Te mordería hasta la