Capítulo 2508
Sebastian apretó ambos puños con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos. “Minerva, dime, ¿dónde... estás? ¿Dónde estás ahora?”.
Minerva estaba sin aliento de tanto llorar, y uno podía imaginar el terror en su tono. “Tío Sebastian, yo... no lo sé. Yo... no sé dónde estoy. Ellos... Ellos dijeron... Dijeron que si no vienes a salvarme, me cortarán uno de los dedos... Tío Sebastian... Ay... Duele...”. Minerva sollozó.
En menos de un minuto, los ojos de Sebastian ardían de rabia.
Miró a Eldon con sus ojos enrojecidos. “Eldon...”.
Hasta ese momento Eldon seguía muy tranquilo. “Señor Ford, solo estaba haciendo una apuesta. Estaba apostando a que salvarías a Minerva Payne. A pesar de que se dirige a ti como su tío, ella no está relacionada contigo por sangre en absoluto. Puedes salvarla. También puedes... no salvarla”.
“¡Deja de decir tonterías, Eldon! ¿Dónde está ella?”, preguntó Sebastian, enfatizando cada palabra.
Fue un descuido de su parte. Lo había pasado por alto.
Sol
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