Capítulo 1783
Raeleigh se sentó junto a Santiago en la cama, observando al hombre que aún no mostraba signos de despertar. Al ver entrar a Jepherson, escondió su mano izquierda detrás de su espalda y preguntó mientras lo miraba: "¿Por qué estás aquí?".
"¿Por qué no puedo serlo?" Jepherson caminó hacia ella con cara inexpresiva y se sentó a su lado, su mirada llena de determinación. Silenciosa, Raeleigh movió su mano hacia afuera, a la que Jepherson fue a agarrar, solo para que ella la evadiera y dijera: "Todavía puedo moverla. Está bien".
"Solo lo sabré después de echarle un vistazo. ¿Por qué me lo ocultas?"
Eventualmente, Jepherson la tomó en sus brazos, atrapándola, sosteniendo sus manos detrás de su espalda.
Raeleigh no derramó una lágrima, solo apoyó la barbilla en el hombro de Jepherson.
Le dio un ligero apretón en la mano y la convenció: "Llora si quieres. Déjalo salir".
Riendo por lo bajo, Raeleigh dijo: "¿Parece que puedo derramar una lágrima? He asesinado a personas y he hecho cosas malas;
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