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Capítulo 11

—¿Enviar a la gerente Viviana a trabajar de secretaria? Una completa locura —alguien objetó de inmediato. —Nuestra gerente Viviana es tan talentosa, joven y bella, y con tantos logros. A cualquier presidente de empresa le gustaría tenerla en su equipo; exiliada al mercado laboral, era muy popular en esas empresas de caza talentos. Viviana solo sonrió sin decir palabra. De hecho, subestimaron la agudeza de los cazatalentos. Aproximadamente hace diez días, alguien la llamó, indagando de manera sutil sobre sus planes futuros, en un momento en que no se había filtrado ninguna información sobre su salida del Grupo Horizonte. La conversación sobre este tema continuó. —No sean tan superficiales, ¿qué tiene de malo ser secretaria? ¡Es para ser la secretaria de gerencia del heredero del Grupo Innovar! Tendría acceso a las conexiones más influyentes de Altoviento, y si lo hace bien, tendrá un futuro brillante por delante. —Sé de una secretaria en el extranjero que era excepcional, y después de unos cuantos años, fue promovida a vicepresidenta del grupo, e incluso encontró el verdadero amor y se convirtió en la esposa del presidente de la compañía. —Jaja, si lo pones así, hasta yo quiero postularme. —¿Alguien sabe realmente cómo es el heredero del Grupo Innovar? ¿Acaso, lo han visto? ¿Es guapo? —No lo he visto, de los cuatro hijos de la familia Medina solo la hija mayor se ha mostrado en público, los otros tres son bastante misteriosos por cierto. ... La conversación se desvió cada vez más a medida que hablaban. Viviana escuchaba atenta con una mezcla de risa y llanto. Viendo su entusiasmo por el amor, se sentía como una mujer en busca de una vida espiritual más allá de todo lo mundano. En cuanto al amor, ella ya no quería saber nada de eso. Pero en cuanto a su carrera... eso tal vez podría considerarlo. Pensaba en emprender por su cuenta, pero se dio cuenta de que todos sus contactos giraban en torno a Cipriano. Una vez que se distanciara de él, ¿entonces, quién la ayudaría? Definitivamente necesitaba mejorar muchísimo. ... Esa noche, habló con una mujer de la alta sociedad que se movía en círculos de élite sobre el Grupo Innovar y ese misterioso heredero. Una risa perezosa llegó a través del teléfono: —Investigando a otros hombres, ¿no temes acaso, que tu señor Cipriano se ponga celoso? —No, me importa, eso no me preocupa. —Amiga. ¿Ustedes... en verdad terminaron? —No aún. Viviana habló cautelosa, pero Lorena entendió de inmediato, suspirando profundamente: —Parece que los rumores eran ciertos, habían estado juntos ocho años, Cipriano era en realidad terrible. Lorena era sincera, y Viviana aprovechó para dar lástima: —Por eso también tengo que planear por mi cuenta. Escuché que ese heredero está buscando una secretaria, quiero probar. —¿Dime, por interés en el hombre o en la riqueza? —De ahora en adelante, solo confiaré en la riqueza. —Jajajaja... —Una risa encantadora y sonora vino del otro lado: —Tranquila eso lo arreglo yo, definitivamente te haré conocer a este hombre que te traerá riqueza. —Muchas gracias. —Espera mis buenas noticias. Después de colgar, Viviana se sentó frente a su computadora. La información disponible sobre la persona era muy escasa: —David... —murmuró el nombre, intentando anticipar y entender un poco las inclinaciones del hombre que podría traerle riqueza. Justo cuando pensaba en esto, de repente la puerta del estudio se abrió. Cipriano entró. Viviana cerró enseguida su laptop. Ella y él tenían estudios separados, solían estar juntos todo el tiempo cuando el amor era intenso, pero poco a poco se convirtieron más en jefe y subordinada, volviendo a casa después del trabajo y continuando de esta manera sin molestarse el uno al otro. —¿Necesitas algo? —levantó con cierta curiosidad la vista. —¿No puedo entrar si no es necesario? —Claro que sí, por supuesto sigue. —Después de que me vaya, puedes hacer lo que quieras, incluso correr desnudo. Cipriano miró sospechoso hacia la computadora, al entrar, ella la cerró, obviamente para evitar que él viera. Se sentó en una silla reclinable en su estudio: —Hay algo que quiero decirte de antemano. Viviana: —Dime. Cipriano bajó la mirada, pensativo por unos segundos: —Susanita quiere ir a tu departamento de proyectos. Viviana ya sospechaba que su amabilidad no traía nada bueno, pero aun así fue un golpe muy duro para ella. Su expresión se tornó sombría, —de todos los departamentos de la empresa, ¿tiene que ir a causar problemas en el departamento de proyectos? Cipriano se mostró molesto: —¿Cómo puedes decir que va a causar problemas? Ella tiene la intención de lograr algo, por lo tanto deberíamos apoyarla. —Viviana estaba furiosa. —Si quería lograr algo, pues que tomara otro departamento para que jugara, pero no el departamento de proyectos. ¡Ese era mi departamento! ¡Todos ahí eran mi gente! —Seamos razonables, Viviana, ¡ya renunciaste! ¡Ya no eres parte del Grupo Horizonte! ¡El departamento de proyectos tampoco es todo tuyo! ... Viviana se quedó sin palabras, con un terrible nudo en la garganta. Sí, el Grupo Horizonte era de él, ¿qué derecho tenía ella para oponerse, o para resistirse? Él quería usar los logros que ella había trabajado con tanto esfuerzo para crear para complacer a su nueva novia, ¿qué podía hacer ella? Viendo su reacción, Cipriano contuvo su temperamento y añadió: —Tranquila no pienses tan mal de ella, te aseguro que no viene a causar problemas, la supervisaré. —Como quieras. La voz de Viviana era baja y suave. Estaba cansada, no quería preocuparse más de este asunto. Los ojos de Cipriano se llenaron de frustración: —Te lo estoy diciendo porque no quiero que te enojes, como ahora. Tienes mucha hostilidad hacia Susanita, sé que ella no te agrada, pero ¿no podrías considerar un poco mi difícil situación difícil? Estamos en medio de una colaboración con los Herrera, ¿debo pues arruinar entonces nuestras relaciones por tus antipatías? Viviana quedó atónita ante su lógica tan torcida y estúpida. ¿Qué había hecho mal? ¿Despojada de su hombre y su carrera, ahora tenía que tratar con respeto a su rival, aceptarlo de buena gana y quizás también llegar a disfrutarlo? —Ja, ja, ja... Cuando uno está tan herido, realmente puede llegar a reírse, un sabor metálico se extendió por su garganta. ... Tres días después, Viviana fue a la empresa a hacer la respectiva entrega de su cargo. Susana, vestida de Chanel de pies a cabeza, se mudó con una actitud triunfal al antiguo despacho de Viviana. Incluso tiró todos los muebles y decoraciones, los trofeos que Viviana había ganado estaban siendo desechados en un basurero. En realidad todo el departamento de proyectos estaba a punto de enloquecer. Todos se preguntaban quién reemplazara a Viviana como líder del departamento, no necesariamente sería alguien más fuerte, pero al menos si alguien competente. Según lo que decían en la secretaría, Susana ni siquiera sabía usar la impresora, pasaba solo los días comiendo snacks y jugando videojuegos, descargaba virus en su propia computadora y luego irrumpía en la secretaría para robar las de ellos, lo que resultó en la eliminación de archivos importantes de una secretaria. Lo más absurdo de todo fue que al final, el presidente Cipriano despidió a la víctima. No se atrevían a imaginar cómo causaría estragos en el departamento de proyectos. En la oficina, Viviana comenzó la entrega sin mostrar ninguna emoción al respecto. Pero justo cuando estaba recogiendo algunos documentos importantes, la señorita Susana comenzó a dar un discurso apasionado. —Viviana, ¿cómo te sientes? —Susana se sentó muy cómoda en la silla, mirando altiva a Viviana, —perdiste tanto al hombre, como el trabajo, después de tantos años de esfuerzo y lucha, lo que quise, lo conseguí con solo mover un dedo, ¿sabes por qué? Porque somos de diferente origen, yo soy noble, tú eres baja y ruin, tengo quien me defienda, y tú no. En nuestro círculo social, he visto cantidad de miserables como tú, bonita pero sin clase, solo objetos para la gratificación de los hombres. Ah, y aún soñabas con casarte y entrar en la familia Guzmán, qué ilusa fuiste.

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