Capítulo 44 Los amantes desventurados

Brendan se giró para mirar a Sterling de nuevo. “Tengo algunos asuntos sin resolver con este malnacido de aquí”, gruñó. “¡Estoy deseando ver si puedo deshacerme de la lujuria de un hombre a golpes!”. El corazón de Deirdre se detuvo por un momento. Presa del pánico, ella aruñó de inmediato el brazo de Brendan. “¡No! ¡¿Qué planeas hacer, Brendan?! ¡Esto es entre nosotros dos! ¡Puedes gritarme y pegarme, pero por favor… no metas a un extraño en esto!”. El deseo instintivo de Deirdre por proteger a Sterling hizo que la mirada de Brendan se volviera más fría. “¿Un extraño?”, repitió Brendan con un tono burlón y una sonrisa de suficiencia. “No creo que ninguna mujer estaría ansiosa por fugarse con un extraño, ¿o sí? ¿Y ahora es solamente un extraño cuyo nombre no conoces? Oh por Dios, Deirdre McKinnon, ¡eres una p*rra cruel! Podrías matar a Sterling rompiéndole el corazón solamente, querida”. Los ojos de Deirdre se llenaron de lágrimas. ¿Ella, despiadada? ¿Quién era el despiadado entre lo