Capítulo 30 Tú te lo buscaste

"¿Detestarte? ¿Quién te detesta?", Brendan preguntó. "¿Quién?". Deirdre casi estalla en carcajadas. "¿Siquiera tienes la mitad del valor de Sterling? ¿Suficiente valor para llevarme ahí fuera? ¿Presentarme a todo el mundo? ¿Acaso tienes el valor de decirle al mundo mi nombre, mi verdadero nombre?". Brendan se quedó helado. Claro que no. Deirdre ya sabía su respuesta y se contestó a sí misma: "No. No lo tienes". Una mueca burlona apareció en sus facciones, sacando a Brendan de su aturdimiento. Aferró con fuerza el volante, con tono incrédulo. "¡¿Cómo te atreves, McKinnon?! ¿Cómo te atreves a compararme con un hijo b*stardo al que ni siquiera su propia familia reconoce? Sabes– ¡¿sabes lo diferentes que somos?! ¿De verdad crees que él tendría a una ciega como novia si fuera yo? ¡Pfff! ¡Ni siquiera tendría las agallas de admitir que tú eres su mujer!". Brendan no pensó mucho en sus palabras, pero salieron como un cuchillo clavándose profundamente en el pecho de Deirdre. Era una