Capítulo 12 Ella le sonrió al otro hombre

Charlene no pudo evitar sentir pánico y apretar los dientes. '¡Maldita sea! ¿Por qué iba a aparecer por aquí esta z*rra?'. Agarró la receta escrita por Sterling, le tendió el dinero y salió corriendo. Intentaba disimular lo mejor que podía su expresión, a pesar de que sentía que pronto la perdería. No podía evitar el pánico y tenía la sensación de que algo estaba a punto de cambiar, pero intentaba calmarse con gran esfuerzo. 'Esa gente de la cárcel hizo un trabajo bastante bueno. Deirdre ya está irreconocible. Estaría bien incluso si Brendan se encontrara con ella'. '¿Cómo puede merecer la atención de Brendan una mujer que repugna a cualquiera que le eche un vistazo?'. Ante este pensamiento, se tranquilizó y fue tras Brendan. Deirdre se quedó congelada en el mismo lugar de la oficina. '¿Por qué tengo la sensación de que el hombre que cerró la puerta y se marchó tenía una presencia familiar?'. 'Es como si...'. La mirada de Deirdre estaba llena de emociones caóticas, pero apretaba las manos con fuerza para calmarse. 'No puede ser... No puede ser...'. "¿Estás bien, Deirdre?". Se oyó la voz preocupada de Sterling, que le tomó las manos heladas entre las suyas. "¿Te has sobresaltado?". Frunció las cejas en dirección a la gente que se marchaba. "No sé qué les pasa a estos dos y por qué se han ido tan de repente. Ha sido muy extraño". "No pasa nada". Deirdre se recuperó de la sorpresa y dijo en tono de autoburla: "¿Quizá se quedaron petrificados al ver mi cara? La mayoría de la gente reacciona así la primera vez que me ve. No te preocupes por eso". Sterling seguía pensando que algo no encajaba, pero no había otra explicación lógica para la situación que la de Deirdre. Por lo tanto, desvió el tema de conversación diciendo: "¿Se rompió la cuerda del columpio?". "Sí". Deirdre reprimió la inefable emoción que sentía en el pecho y soltó una risita. "Los niños estaban muy enfadados porque pensaban que pesaban tanto que habían roto la cuerda del columpio". Sterling se frotó su sedoso cabello. "Vamos a cerrar la clínica antes, ya que no hay más pacientes. Iré contigo a por la cuerda y a arreglar el patio". "Hmm". Salieron juntos de la clínica. Sterling le entregó a Deirdre su bastón blanco y cerraron la clínica antes de caminar uno al lado del otro. Sin embargo, no se dieron cuenta de que el coche estaba aparcado no muy lejos, justo debajo de un árbol detrás de ellos. Brendan estaba en el asiento del conductor, y sus oscuras pupilas miraban fijamente las siluetas que se alejaban de aquellas dos personas. Apretó los puños con fuerza mientras observaba su íntima interacción; estaba tan furioso que sentía que el pecho le iba a estallar. "Bren...". Sentada en el asiento del copiloto, Charlene temblaba de miedo al sentir la helada presencia de Brendan. Respiró hondo antes de intentar hablar. "¿Esa mujer es realmente la señora McKinnon? La recuerdo bien antes de mudarse a otro país. ¿Cómo se convirtió en esto... de la nada? Está desfigurada. Me pregunto si...". Charlene se detuvo un momento. "¿Se desfiguró voluntariamente para evitar que la encontraran y poder estar con el doctor Fuller?". Cuando su voz se apagó, Brendan dio un puñetazo al volante, produciendo un ruido desgarrador. Deirdre había desaparecido repentinamente sin dejar rastro después de mudarse a otro país durante tres meses. Él no había renunciado a buscarla en todo este tiempo. De hecho, había pensado que Deirdre volvería con el bebé algún día. Sin embargo, nunca la dejaría en paz si descubría que se había escapado solo para engañarle con otro hombre e incluso se desfiguraría para evitar que la encontraran. Su repentina reacción sobresaltó a Charlene. Se recuperó de la sorpresa y respondió agarrando con fuerza la mano de Brendan. "Brendan, ¿no sería mejor que fuera realmente la señorita McKinnon? El Dr. Fuller parece tratarla bien y parecen felices juntos. Si es así, ya no tendremos que sentirnos culpables por ella y podremos vivir nuestras vidas en paz...". "No es ella". Brendan sorprendió a Charlene cuando retiró el brazo, con una tormenta de emociones gestándose en el interior de sus oscuras pupilas. "Esa mujer no es Deirdre". 'Deirdre me quiere tanto que no podría querer a nadie más, así que ¿cómo puede estar con otro hombre?'. 'Es falso. ¡Debe ser falso!'. 'Debo haber confundido a otra persona con ella, o solo está fingiendo estar desfigurada para engañarme'. ‘¡Voy a averiguar lo que está haciendo!'. - Unos días después, Deirdre dejó de sentir aquella presencia. Creía que lo del otro día había sido solo una ilusión. Deirdre estaba sentada en el columpio de cuerda recién reparado durante el almuerzo, sin tener ni idea de que un hombre estaba apoyado en el capó de su coche y la observaba desde la valla del patio trasero. Brendan revisaba la información del documento con los ojos entrecerrados mientras fumaba, con la mirada llena de odio. Resultó que ella nunca se había mudado a otro país, sino que se había inventado una asquerosa táctica para esconderse de él y juntarse con Sterling. En cuanto a su rostro desfigurado y su pérdida de visión, Steven afirmó que no había ningún informe detallado al respecto. Brendan no tuvo más remedio que asociar estas cosas con el engaño de Deirdre. Sin embargo, no tuvo más remedio que reconocer que se sentía muy agitado en ese momento. "Deirdre". Una voz suave interrumpió su hilo de pensamientos. Sterling salió de la clínica con un postre en la mano. Se lo entregó a Deirdre con una sonrisa en la cara. "Pruébalo". "¿Qué es?". Deirdre bajó la cabeza y lo olió antes de sonreír de alegría. "Huele muy dulce". "Lo envió Engel. Mencionó que es el cumpleaños de Coral, así que envió dos porciones del pastel de cumpleaños para que lo pruebes. Dime si te gusta y te serviré el otro trozo". "¡Hmm!". La sonrisa de la mujer era una monstruosidad para Brendan, y el trato íntimo de Sterling le enfurecía aún más. Recordaba muy pocas ocasiones en que la mujer hubiera sonreído cuando había estado con él, y sin embargo, ¿le sonreía tan dulcemente a este otro hombre?