Capítulo 95
Al escuchar lo que dijo Marta, la recepcionista abrió los ojos sorprendida.
¿El abogado Ignacio y su asistente están saliendo?
Ignacio, al oír esas palabras, no lo confirmó ni lo negó, solo se mordió el labio con una mirada pensativa.
—Ay, déjame invitarte a comer. —Marta lo agarró del brazo, como si temiera que él se fuera.
Ignacio dejó que ella lo llevara.
Marta lo condujo hasta una mesa en la terraza del café: —Cuéntame, ¿hasta qué punto han avanzado tú y Leticia?
Luego, Marta se dio cuenta de que había sido demasiado directa: —¿No has comido aún? Esto lo hice yo, pruébalo.
Marta abrió el tupper.
Lo que preparó era digno de venderse; estaba bien presentado y tenía un buen sabor.
Le pasó los utensilios a Ignacio.
Ignacio sonrió al recibirlos: —Gracias, señora.
—Ay, no hay de qué. —Marta sonrió ampliamente, olvidándose completamente de Leticia.
Ignacio probó un sushi y, al notar que sabía bien, pensó que la habilidad culinaria de Leticia había sido enseñada por su madre.
Cuando Ignaci
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