Capítulo 43
Desde que Diego entró, Héctor lo observó fijamente.
Diego se sentó y, al notar la mirada, dijo: —¿Qué me miras tanto? ¿Acaso tengo algo en la cara?
Héctor no respondió, levantó el vaso con agua que estaba sobre la mesa y dio un sorbo.
Alejandro echó un vistazo a Héctor y suspiró.
Ayer había enviado a propósito la foto de Leticia subiendo al auto de Diego, y hoy lo había invitado a cenar. Si decía que no tenía ninguna intención, Alejandro no le creía ni un poco.
Héctor probablemente quería saber qué había pasado después de que Diego dejara a Leticia en su casa.
Alejandro decidió sacar el tema: —Diego, ¿llegaste bien a casa de Leticia ayer?
Diego se acomodó en su silla: —Por supuesto.
Luego, miró a Héctor y, al pensar que Leticia vivía cerca de su despacho, sintió una presión en el pecho.
Después de siete años de relación, quizás Leticia aún no podía dejarlo ir tan fácilmente.
¿Todavía pensaba en Héctor?
Se levantó, tomó una botella de licor, la abrió y se sirvió una copa, luego llenó la
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