Capítulo 38
—¡Ay, vamos a jugar un poco! —Alejandro levantó una ceja hacia Carlos: —Apostemos, el primero que adivine quién llegará primero, gana. El perdedor paga todas las consumiciones de esta noche, ¿qué te parece?
Carlos hizo un gesto con la mano: —Apuesto, no tengo miedo. Apuesto... A que Diego llegará primero.
Después de todo, ese día Diego había hablado con mucha pasión sobre su afecto por Leticia, delante de ellos.
Ahora que Leticia y Héctor ya se habían divorciado, era el momento perfecto para aprovechar.
Si Diego sabía que Leticia estaba sola en este lugar, sin duda correría a hacerle la corte.
Alejandro se encogió de hombros: —Entonces, yo elijo a Héctor.
Carlos sacó su teléfono y envió un mensaje en el grupo, que no era más que ellos cuatro.
Escribió: [Estoy en el bar XX, vi a Leticia].
Alejandro sacó su teléfono para ver quién respondería primero.
Sin embargo, el grupo permaneció completamente en silencio.
Nadie contestó.
Carlos frunció el ceño: —¿Acaso no creen ellos dos?
Alejandro
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