Capítulo 89

Este momento. En el estacionamiento del Hotel Nubes Coloridas, repleto de autos de lujo. Mirando alrededor, todos son modelos personalizados y de edición limitada, valorados en millones de dólares. Los modelos más comunes de Mercedes y BMW están apretados en un rincón poco visible. Los invitados, vestidos con las ropas y joyas más lujosas, suben por el ascensor panorámico de ochenta y ocho pisos. Desde allí se ve toda la ciudad de Ríoalegre, como si pudieran alcanzar las estrellas con la mano. La sala de banquetes está en el último piso, y la entrada está custodiada por una fila de seguridad. El gerente del hotel se encuentra en la puerta de la sala de banquetes, verificando las invitaciones de los invitados antes de dejarlos pasar. ¡Prohibido el acceso a cualquier persona con malas intenciones! —Señor Gálvez, por favor, pase. —Señor Palencia, adelante. —Señor Olguín, bienvenido. Cada invitado es acompañado y atendido por un camarero dedicado. Las puertas de la sala