Capítulo 77
Gabriela vaciló un momento, luego se dio la vuelta, dándole la espalda a Federico.
Sus dedos se posaron sobre su abrigo, y lentamente se lo quitó.
Su espalda lisa y pálida estaba marcada por cicatrices impactantes.
Federico extendió su mano, tomó un gran trozo de ungüento y lo aplicó en su espalda.
Con movimientos lentos y suaves, esparció la crema.
Gabriela no pudo evitar estremecerse; el ungüento era frío, y aliviaba mucho las ardientes heridas.
—Es la primera vez que una mujer recibe golpes por mí.— Los ojos de Federico estaban sombríos, y su mirada oscura persistió durante largo tiempo.
Gabriela giró su cabeza intentando ver su expresión, pero un beso frío cayó sobre su hombro.
—Señor Federico...
Gabriela cubrió su pecho con las manos, su cuerpo estaba tenso.
Él, impulsivamente, la abrazó por la espalda, cerró los ojos, sintiéndose increíblemente tranquilo.
—Gabriela, mañana vamos a traer a tu abuela de vuelta al pueblo,— dijo él finalmente.
—Está bien. Ella también quiere volver a
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil