Capítulo 12 Devolución
Los invitados miraron al trío con extrañeza.
Todo el mundo sabía del escándalo de los Ferguson, pero ellos eran tan poderosos que nadie se atrevía a echarle leña al fuego y se limitaron a observar cómo se desarrollaba el drama.
‘¿Sera qué la ex esposa de Eric no es tan inocente como parece?’.
Eric Ferguson frunció ligeramente el ceño y pensó que Wendy Quade estaba siendo grosera. Estaba a punto de acercarse y apartar a Wendy cuando vio que Nicole se daba la vuelta, con una expresión fría.
Mientras la multitud seguía atónita, Nicole agarró a Wendy del brazo y se dirigió hacia la piscina.
Wendy era como un cachorro indefenso siendo arrastrado por Nicole, y no tenía ni siquiera la oportunidad de defenderse.
Nicole sujetó la barbilla de Wendy y le dio una fuerte bofetada en la cara, haciendo que Wendy gritara de dolor.
Después de eso, Nicole aflojó su agarre, y Wendy cayó entonces en la piscina con un gran chapoteo.
El grito de Wendy cesó bruscamente mientras luchaba en el agua, conmocionada y humillada.
Nicole retiró la mano. Su mirada era fría y afilada, y su tono era indiferente mientras decía: “Ya que me acusaste de empujarte a la piscina, mejor cumplir con ello. Ya no tendrás que actuar. Ahora sí puedo admitir que lo hice”.
Wendy fue lanzada a la piscina bajo la atenta mirada de todos. Su reacción fue muy diferente a la de la primera vez, cuando se lanzó ella misma. Por esto, todos empezaron a mostrarse escépticos.
Eric Ferguson también se cuestionó lo que vio en ese momento. La Nicole que tenía delante parecía una persona completamente diferente.
El agua de la piscina no era muy profunda. Wendy vio que nadie iba a salvarla, así que estaba a punto de subirse ella misma cuando de repente sintió que un líquido frío cayendo sobre su cabeza.
El olor del vino Lafite de 1982 era fuerte mientras chorreaba por el cabello de Wendy. Su dignidad quedó completamente aplastada mientras levantaba la vista con miedo.
Los ojos de Nicole se mostraban fríos y hoscos, con un desprecio desenfrenado, mientras vertía media copa de vino sobre la cabeza de Wendy. Al instante, hizo que su humor mejorara.
“Este es un regalo extra para usted, Señorita Quade. No tenga tanta prisa por irse todavía. Aún le tengo otra sorpresa”.
Cuando Nicole abandonó el lugar, todos se quedaron mirando a Wendy con desprecio.
‘¿Cómo puede una mala persona actuar con tanta rectitud?’.
Una de ellas estaba tranquila y serena, mientras que la otra actuaba con miedo.
Todos pudieron ver que Wendy inició este acto pretencioso.
“Eric…”. La voz de Wendy temblaba, mientras miraba cuidadosamente al hombre.
Wendy odió tanto a Nicole por como ella le robó la atención de Eric, y todo el protagonismo del momento, en el momento en que apareció.
Si no fuera por Nicole, Wendy no estaría metida en semejante lío, y no se hubiera convertido en un hazmerreír.
Wendy admitió que entró en pánico. Lo único que quería ahora era irse inmediatamente, porque no sabía qué otros trucos tenía Nicole bajo su manga.
Eric retiró la mirada y llamó a un camarero para que ayudara a Wendy, que estaba temblando tras caer dos veces al agua.
“Te caíste tú sola hace un rato, ¿no es así?”. Los ojos oscuros de Eric eran fríos y sombríos.
Wendy se mostró nerviosa. “¡Claro que no! ¿Por qué inculparía a Nicole? ¿No ves que está loca y que solo quiere vengarse de nosotros? Eric, ¿acaso no confías en mí? ¿No crees en Hendrick?”.
La mirada de Eric era profunda mientras examinaba a Wendy. Su mirada intimidante la hizo temblar.
“Te llevaré de vuelta primero”.
Wendy se vio aliviada, y estaba a punto de asentir cuando alguien gritó: “¡Miren arriba!”.
La atención de todos se dirigió al segundo piso, donde Nicole estaba de pie, despreocupada, con una gran maleta de cuero de cocodrilo en la mano.
Ella estaba apoyada en la barandilla, con los brazos doblados, y tenía un cigarrillo en la mano. Las briznas de humo la hacían lucir tan encantadora que la multitud no podía apartar los ojos de ella.
El corazón de Wendy se estremeció, y luego vio cómo Nicole sacaba un montón de billetes de cien de la bolsa que tenía a su lado y los lanzaba despreocupadamente. Aquellos billetes crujientes flotaron en el aire, y cayeron al suelo y al agua.
Nicole siguió lanzando dinero por puñados. Muchos camareros e invitados recogieron emocionados los billetes, y todos se quedaron sorprendidos por esta escena.
Al cabo de un rato, Nicole sintió que no era suficiente satisfacción, así que cogió la bolsa y la invirtió por encima de la barandilla. Así de fácil, 25 millones de dólares en efectivo llovieron elocuentemente sobre la gente de abajo, incluyendo a Eric Ferguson y Wendy Quade.