Capítulo 22
Ella negó con la cabeza, y luego dijo abruptamente: “No sé por qué, pero te he extrañado mucho últimamente. Me siento muy incómoda y sigo pensando que me vas a dejar. Al igual que Joseph me dejó sin decir nada”.
Hice una pausa por un momento y luego dije con una sonrisa: “Tonta, siempre estaré aquí”.
“Carol, sigo sintiendo como si me estuvieras ocultando algo”.
Después de salir de la prisión, dudé un poco antes de decidir ir a la ciudad. Me encontré por casualidad con la abuela de Joseph empujándolo en su silla de ruedas y los seguí desde la distancia sin molestarlo hasta que su abuela se fue.
Yo sabía que él no era estúpido. Él estaba esperando que me acercara a él.
Aún no lo había alcanzado cuando lo escuché preguntar: “¿Cómo está ella?”.
Pregunté suavemente, “¿Quién?”.
“Summer”, él dijo.
“¿La recuerdas?”.
“No soy estúpido. Por supuesto que la recuerdo”.
Le pregunté: “Entonces, ¿por qué fingiste no hacerlo?”.
Después de una pequeña pausa, sonreí y volví a preguntar: “¿Es
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