Al amanecer, el cielo del este se estaba volviendo brillante. Jay y los demás acababan de desviarse de su interminable camino.
Zayne dijo miserablemente: “¿Dónde diablos estamos?”.
Cole y Jay miraron el lugar donde quedaron atrapados la noche anterior y descubrieron que había arbustos muy crecidos por todas partes. Estaban llenos de espinas ocasionado por éstos.
Cole dijo: “Qué raro. ¿Por qué no sentimos ningún dolor la noche anterior?”.
Jay dijo: “Anoche me pareció oler una extraña fragancia. Después de eso, nos encontramos con ese camino interminable. Debemos haber recibido algún aroma alucinógeno en nuestros cuerpos”.
Cole asintió. “Yo también lo olí”.
Zayne preguntó: “¿Qué debemos hacer ahora?”.
Jay trató de sentir la temperatura a su alrededor, solo para darse cuenta de que su cuerpo todavía estaba un poco caliente. Dijo: “Lo que sea que esté emitiendo frío parece haberse ido. Sigamos buscando”.
Cole también tenía una expresión de sorpresa en su rostro. “Qué raro. Ya no ha