Capítulo 65
La mirada de Adriana cambió, y esa mueca burlona en las comisuras de sus labios se desvaneció lentamente.
Unos segundos después, soltó una risa fría: —¿Me estás tomando el pelo?
—Hablo en serio.
—Sí, puede que hables en serio.
Asintió con la cabeza y continuó: —Para aprovecharte de mí y llegar a la presidencia de Grupo Silva, te has rebajado a halagarme, fingiendo que quieres empezar de nuevo conmigo. Una vez que hayas logrado tu objetivo, me abandonarás. ¿Es ese tu plan?
Salvador frunció el ceño: —¿Eso es lo que piensas de mí?
—Ya no soy una niña de quince años, así que no voy a creer en una historia en la que un hombre que no me valoró durante dos años de repente se interese en mí y quiera pasar el resto de su vida a mi lado. Tú también lo sabes bien, la señora Marita ya ha iniciado los trámites del divorcio. Cuando regrese a Ciudad Sol, será una mujer libre. Un año después, nos divorciamos, ambos estarán solteros, y será natural que estén juntos. Aunque abuelo trate de impedirlo, no
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