Capítulo 17

—¡Tomar un taxi es tan incómodo! —Inés le entregó las llaves del carro desde la entrada—. ¡Si tardas un segundo más, Honorato sufrirá un segundo más! ¡Date prisa! Tomar un taxi realmente no era conveniente. Pensando en la situación actual de Honorato, Lucía no pudo concentrarse en su propio malestar. Agarró las llaves y bajó corriendo las escaleras. Una hora más tarde, llegó al Bufete de Abogados Zamora. Justo al bajar del carro, Lucía vio una figura familiar frente a la entrada del bufete. Wálter había salido tan apresuradamente que ni siquiera se había puesto la chaqueta. Su camisa blanca se inflaba con el viento. Sus puños estaban remangados, mostrando sus venas marcadas que se perdían hacia los antebrazos, evidenciando una tensión masculina palpable. Brisa estaba a su lado, abrazando su brazo, con una expresión poco alegre en el rostro. Delante de ellos se encontraba Oscar Zamora, el propietario del bufete y una figura de gran prestigio en el ámbito legal. Él y Wálter