Capítulo 13

Entonces, ¿Lucía era solo un adorno que Wálter había traído a casa para engañar a la familia Fernández? ¡Eso le resultaba incluso más insoportable que la infidelidad de Wálter! Su rostro se puso pálido, mordió con fuerza su labio inferior, y sus ojos se enrojecieron. En solo unos días, su vida había cambiado drásticamente. Pensaba que su esposo, que se mostraba distante pero aparentemente la quería, no solo no la amaba, sino que también tenía otras amantes. Y ahora, de repente, descubría que Wálter la había tomado como esposa con otros fines. Además de la firme decisión de divorciarse, una sensación de impotencia persistía en su corazón. Pasó un largo rato hasta que su emoción empezó a calmarse. —Nací en una familia que no pude elegir, pero tengo derecho a elegir mi matrimonio. ¡Un matrimonio sin amor, no lo quiero! El hecho de que Wálter le pidiera que se protegiera significaba que no quería que ella tuviera sus hijos. Cuando llegara el momento adecuado, era muy prob