Capítulo 46
Zaden se sorprendió al ver mis ojos rojos, cualquiera hubiera reaccionado igual. Era muy poco común que un hombre lobo tuviera los ojos rojos. A decir verdad, era insólito. No obstante, siempre me había sentido orgullosa de la fuerza de mi loba. En este momento, Rhea estaba furiosa y temía que ya había perdido el control sobre ella.
Bueno, cualquiera se habría enojado si su compañero hubiera intentado v*olarla.
Él seguía sentado sobre mí, pero dejó de tocarme cuando vio mis ojos. Rhea le gruñó y fue entonces cuando me di cuenta de que ya estaba transformada a medias. Mis caninos se habían alargado, mis garras estaban afuera y yo estaba buscando una abertura para atacarlo. Zaden se levantó un poco, así que aproveché para voltearlo y ahora yo estaba sentada sobre él.
La lujuria en sus ojos ya se había ido y había sido reemplazada por sorpresa.
Rhea le gruñó y toda la habitación tembló. Pude escuchar los cristales de las ventanas y mesas vibrando.
“Ahora escúchame, compañer

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