La enfermera lo miró boquiabierta. “¡Ah! En cuanto a eso... ¡será mejor si lo discute con la Presidenta!”.
Jay dijo con un tono justificado: “Esta es mi decisión. Ella no tiene nada que ver con esto. Solo tráeme el acuerdo y lo firmaré”.
La enfermera no se atrevió a ir en contra de la urgente petición de Jay. “Bien”.
Cuando la enfermera le dio a Jay el acuerdo, Jay lo firmó sin dudarlo.
Cuando Angeline salió de la sala de reuniones, la enfermera le dio el acuerdo.
Angeline echó un vistazo al acuerdo y en él estaban las palabras ‘Jay Ares’. La letra era suave y despreocupada.
Ella se volvió loca de ira.
Se fue a la habitación de Jay y le arrojó el acuerdo a la cara. Ella le preguntó: “¿Qué estás haciendo?”.
Jay tranquilamente se quitó los papeles de la cara. Luego miró a Angeline y dijo: “No quiero que ustedes dejen de tratar a Tempestad a mitad de camino solo porque no puedo pagar las cuentas médicas. Por eso, ¿por qué no le doy alguna esperanza de seguir con vida?”.
Angeline