Angeline pisó con sus tacones de punta y se fue.
Grayson se acercó y le dijo con reverencia a Jay: “Mi presidenta puede parecer feroz, pero en realidad es una persona cálida. Vaya al Gran Asia. Ella no le pondrá las cosas difíciles”.
Jay asintió.
Grayson llevó a Jay escaleras abajo y le abrió la puerta del Ferrari de manera respetuosa. Jay se sorprendió un poco cuando vio a Angeline sentada adentro.
“Debería tomar el coche de atrás, ¿verdad?”. Jay se sintió incómodo por alguna razón.
Grayson tenía una expresión severa en su rostro y dijo: “Mi presidenta necesita lidiar con una serie de problemas todos los días. Suba a este coche con ella para que sea más fácil para ella preguntarte ciertas cosas sobre el plano”.
Jay miró con sentimiento de culpabilidad a Angeline. Por alguna razón, él se sintió nervioso cuando vio a esta diabla.
Era como si le debiera algo en una vida pasada.
Angeline lo miró fijamente con una expresión fría y dijo furiosa: “¿Qué ocurre? ¿Crees que te comeré? N