Whitty estaba realmente agradecida por el amor que la madre de Jens le había mostrado. Sin embargo, no quería expresar su felicidad delante de Savannah. Tenía miedo de que ella asumiera que se estaba burlando de ella y se sintiera aún más molesta.
Whitty tomó la mano de Savannah sinceramente y le dijo: “Savannah, las dos somos iguales. Dejamos nuestras ciudades natales y vinimos a la Capital Imperial. No tenemos ningún pariente a nuestro lado. Por eso entiendo tus dificultades. Puedes tratarme como tu hermana y mejor amiga si quieres. Puedes intentar poner tu confianza en mí y compartir tus preocupaciones conmigo. Puedo resolver de verdad todas tus preocupaciones junto a ti”.
Savannah sacudió la cabeza. Había una mirada de devastación en su rostro.
“Es inútil. No puedes ayudarme. Me temo que ni tú, ni nadie en el Chalet de Turmalina puede ayudarme”.
Parecía haber otras implicaciones detrás de sus palabras.
No estaba claro si Savannah había desarrollado esos pensamientos desesperad