Capítulo 74

Justo cuando gritó esas palabras, la daga de aura giró hacia el pecho de Wilbur. Las otras dos dagas lo atacaron por la izquierda y la derecha, haciéndole imposible moverse. El Asesino de Almas era el verdadero ataque. Dejaba al enemigo sin ningún lugar al que huir y era lo bastante potente como para matar a todos los enemigos. Los ojos de la dama brillaron de forma asesina. Ese era su movimiento definitivo, el que acabó con la vida de muchas élites. Estaba segura de que este hombre no sería una excepción. Pero justo entonces, Wilbur gritó y sus manos empezaron a brillar con un aura cegadora. Abrió la palma derecha y las dagas que atacaban desde ambos lados fueron absorbidas a la vez por una poderosa fuerza hasta quedar reducidas a polvo. Al mismo tiempo, la mano derecha de Wilbur lanzó un ataque contra la daga de aura. El ataque de Wilbur chocó con la daga de aura y esta se desintegró al instante, flotando en el aire en volutas dispersas. La dama se quedó completam