Capítulo 43

Los alrededores del ascensor estaban rodeados de espejos; incluso el suelo era un espejo, así que cuando Raquel miraba hacia abajo, aún podía ver la intensa escena de esos dos besándose apasionadamente. Incluso al cerrar los ojos, no podía evitar escuchar el sonido de esos besos. —Ah... —Cariño, eres tan suave... —Mmm, sé más gentil... De reojo, Raquel observó cómo Bruno levantaba la mano para aflojarse el cuello de la camisa, frunciendo el ceño, visiblemente disgustado. El sonido de una tos resonó y Raquel no pudo evitar toser un par de veces, intentando hacer notar su presencia a la pareja absorta en su beso. Sin embargo, no parecían escucharla; en lugar de eso, sus besos se intensificaban cada vez más. El sonido de un fuerte golpe retumbó cuando el hombre empujó con fuerza a la mujer contra la pared de espejos, su mano grande acariciaba las piernas pálidas de la mujer, levantando directamente su falda corta. Raquel quedó atónita. De repente, una mano se extendió y cubrió suaveme