Capítulo 30

—Raquel —dijo Bruno suavemente—, ¿necesitas algo? Raquel se enderezó un poco tensa—. Estoy buscando a Paula... —¿Para qué la buscas? —interrumpió rápidamente Bruno. Mario arqueó una ceja, observándolo con intención. Raquel pensó que pedir dinero prestado era lo mismo con cualquiera. Dudó un momento antes de decir: —Presidente Bruno, quisiera pedirle prestado algo de dinero. —¿Cuánto necesitas? —Setenta dólares. —¿Cómo prefieres que te los dé? —Bruno no preguntó por qué; fue muy directo. Raquel, sintiéndose tímida y algo avergonzada, respondió: —Cualquier forma está bien. Bruno manipuló su teléfono por un momento, y justo cuando el teléfono de Raquel sonó, él anunció: —Ya te transferí el dinero. —Gracias, presidente Bruno. —No hay de qué —respondió Bruno con indiferencia—. Si no es suficiente, pídemelo otra vez. Raquel: “......” Esa respuesta dejó a Raquel sin saber qué decir; solo pudo agradecerle otra vez y se giró para hacer el pago. Bruno la observó alejarse con una mirada profunda,