Herido por su culpa

Una masacre estaba a punto de suceder con Savannah como rehén en medio del campo de batalla; ¡estaba a punto de enloquecer!, nunca había estado en una situación así. Callan se movía tan rápido que estaba teniendo problemas para ubicarlo entre la multitud, para cuando ella lo encontró, él ya había saltado en el aire, movió sus piernas y pateó a los dos hombres de Samuel que la tenían atrapada. Savannah cojeó al perder apoyo, su cuerpo cayó al suelo, pero Callan inclinó levemente su figura y extendió su mano izquierda justo a tiempo para agarrarla por la cintura y abrazarla. Por instinto, ella se aferró a su cintura mientras se acurrucaba en su pecho; lo miró y se encontró cara a cara con su barba incipiente y la nuez de Adán que sobresalía, una emoción indescriptible invadió su corazón. Callan sostenía la pistola en una mano y a ella en la otra, por lo que su rango de movimientos era obviamente limitado; de repente, con ella todavía en sus brazos, hizo una rotación en el suelo y se es