Capítulo 69

Parece que ella aún recordaba lo que a él le gustaba. Él aceptó con elegancia los utensilios que Inés le ofreció y luego comenzó a comer pausadamente. Media hora después. Inés recogió el desayuno que José había dejado y los utensilios utilizados, los guardó y salió de la Casa García para dirigirse a la casa de Candela. Candela, despeinada y sucia, abrió la puerta a Inés con un bostezo cansado: —Inés, ¿ese hombre finalmente te dejó salir? Candela estaba al tanto de los eventos de ayer en la Casa García, así como del acuerdo entre Inés y José, ya que Inés se lo había contado. Inés cerró la puerta y respondió con una sonrisa: —Sí, por eso estoy aquí. Ambas caminaron juntas hasta el sofá del salón, donde Candela pareció recuperar algo de energía. —Inés, ¿has venido hoy por alguna razón en particular? Ella sabía que Inés no la visitaría sin un motivo. A esto, Inés asintió seriamente: —Candi, de hecho, necesito tu ayuda con dos cosas. Candela sacudió la cabeza para despejarse y preguntó dire