Capítulo 40

"Espera un momento. Me pondré un abrigo", dijo ella mientras se obligaba a calmarse y rebuscaba entre la ropa del armario. Al fin y al cabo, si decía que necesitaba cambiarse de pijama, Anderson podría pensar que ella estaba intentando atraer su atención para que él viera su cuerpo descubierto.  Por su lado, Anderson no tenía ni idea de los pensamientos de su esposa.  Pronto, Clarissa encontró una bata de baño y se la puso. Ahora, sus rodillas estaban cubiertas y, después de apretar el cinturón, su pecho también quedó cubierto. En este momento, por fin sintió alivio en su corazón.  Anderson no dijo nada, pero sus ojos estaban muy oscuros y se había bebido todo el vino de la copa. "¿Terminaste?" Clarissa asintió. "¡Entonces vamos a dormir!", dijo él mientras se ponía de pie y caminaba hacia la cama. De repente, comenzó a quitarse la ropa. Con rostro aturdido, Clarissa preguntó: "¿Qué estás haciendo?" Al ver su cara sorprendida, Anderson arrugó el entrecejo levemente: "¿No deberíamo