Capítulo 89

Óscar, asustado, comenzó a sudar frío y agitó las manos con nerviosismo. —Entonces mantén el silencio, es una advertencia. Lourdes frunció el ceño, pero sus ojos echaron un vistazo disimulado a Alberto. ¿Alberto era un recluso de reforma laboral? No importa. —La segunda cuestión. Lourdes dejó de lado sus dudas y continuó con seriedad:—He revisado el desempeño, y en comparación con el trimestre anterior, hemos bajado al menos una cuarta parte. Solo quedan unos veinte días para que termine este trimestre, y si no cumplimos con los objetivos establecidos, a todos se les descontará el bono anual. —...... Al escuchar esto, todos se sorprendieron, pero nadie dijo nada. —Bien, la reunión ha terminado. Este era el estilo de Lourdes, siempre fuerte y sin lugar a dudas. No daba a nadie la oportunidad de expresar opiniones. Pero precisamente este tipo de Lourdes era quien más admiraba Alberto. Con recompensas y castigos claros, directa y sin rodeos. No había que ofrecer sueños ni ideales a los