Capítulo 69

—No importa si no me conoces. Alonso sonrió maliciosamente y sacó un cigarrillo, ofreciéndoselo.—Permíteme presentarme. Soy Alonso, la gente del barrio me llama hermano Alonso. Vengo a hablar contigo de algo. Mientras hablaba, Alonso dirigió su mirada al centro de la pista de baile, observando la figura esbelta y seductora de Lourdes, con un destello de lujuria y avaricia en sus ojos. —Deja que tu chica pase una noche conmigo. Te la devolveré mañana. A partir de entonces, solo tienes que mencionar mi nombre y te cubriré las espaldas. ¿Qué dices? Con una sonrisa de obviedad en su rostro, Alonso sabía que solo al mencionar su nombre, casi nadie en el barrio se atrevería a no darle su merecido respeto. El club nocturno, un lugar de relajación y escape para muchos, era para Alonso un coto de caza de conquistas amorosas. ¡Casi ninguna mujer que él deseara se escapaba! —¿Me cubrirás las espaldas? Ja, ja. Alberto entendió de inmediato. Instintivamente, echó un vistazo a la planta superior, a