Capítulo 4

Mientras tanto, Silvia acababa de llegar a la mansión. Ella se sorprendió al ver a Cris tan pronto abrió la puerta. “¿Qué haces aquí?”. Cris sonrió y dijo en un tono amable: “Ha pasado un tiempo, Silvia. Estoy en un rodaje en Ciudad Ryoln, así que pensé en quedarme aquí por esta noche. No esperaba que vinieras. Si es inapropiada mi presencia, me iré”. Antes de casarse con Neil, Silvia había trabajado tras bambalinas como representante por un tiempo. Cris había sido uno de los artistas a los que había representado. Él también había sido uno de los que más se había esforzado. Silvia lo admiraba. Ella era tanto su mentora como su amiga. Incluso después de dejar de ser su representante, ella lo había ayudado a conseguir un reemplazo en la industria. Su popularidad había aumentado con el paso de los años. Como sabía que Cris había estado pasando por problemas económicos, Silvia le había dado la llave de la mansión. Ella le había dicho que podía quedarse en ese lugar cuando quisiera. Después de casarse, ella se había enfocado por completo en la rehabilitación de las piernas de Neil, por lo que poco a poco se había olvidado. “No pasa nada. Es tarde, así que puedes quedarte. La gente sin duda te reconocerá si vas a un hotel, por lo que puede ser problemático quedarte en uno. Puedes irte mañana”. Al ver a Silvia subir las escaleras con su maleta, Cris se acercó a ella y le dijo: “Déjame echarte una mano”. “No es necesario. No pesa”. “¿Planeas mudarte aquí?”. Él estaba evaluando la respuesta de la mujer con cuidado, pero ella no lo notó, así que solo asintió con la cabeza y dijo: “Sí. Puede que sea inapropiado que te quedes aquí en el futuro”. “Entiendo. Dejaste que me quedara gratis en este lugar por muchos años. Estoy realmente agradecido por esto”. Silvia se rio cuando vio la expresión seria de Cris. “Eres un actor galardonado ahora. Puedes comprarte una mansión mucho más cara que esta”. Cris sonrió. Él ya había comprado la mansión a un lado de la de Silvia, pero él todavía le tenía cariño a esta última porque era el lugar en el que ella solía vivir. “¿Te gustaría tomar una taza de café? Estoy haciendo un poco”. “Claro, pero necesito subir y darme una ducha primero”. “De acuerdo”. Después de ayudar a Silvia a llevar su maleta al segundo piso, Cris regresó a la cocina con una sonrisa y siguió moliendo unos granos de café. Justo cuando terminó de preparar el café, sonó el timbre de la mansión. Él se acercó a la puerta y se asomó por la mirilla. Cuando vio al visitante, se sorprendió. ¡Era Neil, el presidente de la Corporación Remus! El rostro de Neil aparecía seguido en las revistas de finanzas, es por esto que Cris lo reconocía. Además, él había participado recientemente en una película financiada por la Corporación Remus. ¿Por qué estaba Neil allí? ¿Estaba allí por Silvia? Pero ellos no parecían tener ninguna conexión en absoluto. Mientras Cris pensaba en esto, Neil perdió la paciencia y tocó el timbre varias veces más. Finalmente, la puerta se abrió. Sin embargo, no fue Silvia quien abrió la puerta. En su lugar era un hombre que Neil jamás había visto en su vida. ¡Es probable que se tratara de Cris, el actor recién galardonado que Curtis había mencionado! La mirada de Neil se volvió fría. Él apenas era capaz de contener su ira. “¿Dónde está Silvia?”. Cris frunció el ceño cuando sintió la hostilidad de Neil. “Ella está tomando una ducha. ¿Puede decirme por qué la busca, señor Remus?”. Neil hizo una mueca burlona. Su tono era frío mientras decía: “Soy su esposo. Esto no es asunto tuyo”.