Capítulo 104

Las fuerzas de Silvia estaban a punto de agotarse cuando de repente sintió un pinchazo en el brazo. Al ver la aguja, su mirada se llenó de disgusto e intentó sacarla. Sin embargo, la mitad de la droga ya había sido inyectada en su cuerpo. Ella utilizó sus últimas fuerzas para inyectar la droga restante en el brazo del secuaz. Neil llegó con su gente justo a tiempo para verla caer al suelo con sangre por todo el cuerpo. Sus ojos se abrieron con sorpresa y su voz estaba llena de pavor cuando dijo: “¡Atrápenlos!”. Justus vio a Silvia caer, pero antes de que pudiera celebrar, vio a un grupo de hombres en traje aparecer de la nada. Este grupo no tardó en rodear a todos sus subordinados y retenerlos rápidamente. Cuando vio a Neil en una silla de ruedas, sus ojos se llenaron de miedo. “S-señor Remus, ¿qué hace aquí?”. Neil ni siquiera lo miró. Con la ayuda de Curtis, él cargó cuidadosamente a Silvia en brazos. “¡Llamen al doctor!”. Cuando vio las heridas en el cuerpo de la mujer y la