Capítulo 97

Carmen intenta intimidar a María. Ella sigue imperturbable. María ya ha pasado antes por esto. No tenía miedo antes. Y ahora, mucho menos. Al ver la persistente obstinación de María, Gabriel levanta con ímpetu la mano mientras Carmen lo observa emocionada: [¡Mátala!] —¡Hija desobediente! En ese momento crítico, cuando María está a punto de arrebatar la regla y marcharse, una figura se interpone repentinamente en su camino. Pablo avanza y recibe el golpe por ella. —Tú... Un atisbo de sorpresa cruza por los ojos de María. Pablo se coloca frente a ella, sudando de dolor: —¿Estás bien? Esas palabras resuenan con ecos del pasado. Cuando María escapó de casa hacia Altarreal, enfrentándose a innumerables adversidades, fue Pablo quien la recibió con un abrazo y esas mismas palabras. Incluso en los primeros días del Grupo Valdeoro, cuando ella asistía a reuniones con Pablo y casi sufre una hemorragia estomacal debido al alcohol, él le preguntó lo mismo. A pesar de no impedir que continuara asis