Capítulo 20

—Estoy dispuesta a ayudar, pero dame la posición que merezco. Los asuntos del proyecto deberían estar a cargo del departamento correspondiente. María no se giró, sino que tranquilamente se arreglaba unos mechones sueltos de su frente. El departamento de proyectos de Grupo Cisneros era uno de los más centrales. Si María llegara a estar a cargo. Gabriel temía que ella hiciera algo indebido. Pero si el proyecto seguía estancado, la solvencia de Grupo Cisneros estaría en riesgo. Después de un momento de vacilación. María abrió la puerta de la oficina. —Entonces, no necesito suplicar a Bruno por ti, haz lo que creas conveniente. —¡Te lo prometo! —¡Pum! María cerró la puerta de golpe. El estruendo de la puerta parecía declarar su victoria en este juego de poder. Gabriel, pálido como la tierra, continuó: —Pero desde que regresaste a la empresa, no has cerrado ni un solo trato. Puedo transferirte fácilmente al departamento de proyectos, pero ganarte el respeto de todos será difícil, eso tendre