Capítulo 54 La Pista

Bajé del taxi y me dirigí directamente a la cafetería. En ese momento, los ojos de María ya estaban rojos de llanto. Entre sollozos, me explicó la situación. Tras ganar la licitación esa mañana, un colega le confesó secretamente que sería reemplazada. El presidente planeaba sustituirla por el hermano de su esposa una vez que todo se normalizara, lo que significaba que María perdería su bonificación. —¡Una bonificación de al menos setenta mil dólares, setenta mil dólares! ¡Qué malvado! —exclamó. —Me atrajeron aquí con promesas y resultó ser una trampa. Su llanto continuaba y su voz se volvía más ronca. Mientras le daba palmaditas en la espalda, pregunté:—¿Consiguieron también los diseños confidenciales? Los documentos del departamento de diseño son estrictamente confidenciales. A pesar de su gran confianza en mí, María había revisado personalmente muchos materiales altamente secretos el día anterior. Sin ser un diseñador clave, es imposible acceder a esos materiales. María golpeó la