Capítulo 28 No volverá a ocurrir

Justo al terminar la jornada laboral, tomo un taxi directo a Casa López, sabiendo que Yago no vendrá a recogerme. Como era de esperar, al llegar a Casa López, veo a Yago ya sentado allí. Un grupo de personas charla y ríe, pero él parece desentonar. Al verme, Lucía me recibe con una sonrisa y me invita a entrar. —Yo sabía que nuestra Clara es realmente... muy ahorrativa, ¿ese bolso tiene ya cinco o seis años, verdad? ¿Aún podría venderse por unos cuantos dólares? —Con esa vestimenta, cualquiera diría que eres una pasante de alguna empresa, ay... Lucía, la tía de Yago, siempre ha sido cortante al hablar. En el pasado, ella quería presentar a la hija de una amiga a Yago, pero fui más rápida. Cada vez que nos encontramos, aprovecha para lanzarme alguna indirecta. Solo sonrío y no respondo; mi situación con la familia López es bien conocida, todos me toman por una broma. De repente, como si recordara algo, se tapa la boca rápidamente. —Ay, mira mi memoria, lo que quieras ponerte o usar, sol