Capítulo 43

—¿Entiendes? Andrea sonrió felizmente y luego, abrazando mi cuello, se acercó a mi rostro y me dio un beso sonoro: —¡Mamá es la mejor! La abracé fuertemente: —Tú también eres genial. Andrea se soltó rápidamente de mis brazos y tomó mi mano para correr hacia arriba: —¡Vamos, mamá, estoy deseando bañarme! ... En la habitación de Andrea, hay una bañera independiente. Ella quería tomar un baño hoy, así que mientras llenaba la bañera, me aseguraba constantemente de la temperatura del agua. Andrea sacó su compañero de baño, un patito de plástico, y algunos otros animales de plástico, y los puso todos en la bañera. Luego buscó su pijama. Después de terminar todo esto, pequeñas gotas de sudor aparecieron en su frente, pero sus ojos brillaban intensamente. El agua ya estaba lista. Andrea se metió en la bañera, se acomodó y solo su cabecita asomaba, mirándome. Es extraño. No he invertido tanto en ella, ni siquiera la mitad de lo que invertí en Diego. Pero ella depende mu