Capítulo 11

Sergio se levantó de repente: —¡Imposible! —Estos días han pasado tantas cosas. Lo miré directamente a los ojos: —Primero, Diego está decidido a estar bien con Lucía... Sergio, siempre calmado y controlado, tenía ahora un ligero temblor de miedo en su voz: —Eso es porque Diego no entiende, amor, nunca he cruzado la línea. —Puedes odiar a Diego, también puedes resentirme... —Pero no puedes dejarme. Al final, su voz era casi un ruego. Pero una vez más, echaba la culpa a Diego... Parecía no darse cuenta de que el daño que había sufrido era resultado de su complicidad, de su indulgencia. Tampoco se daba cuenta de que el amor profundo que le tenía, acumulado durante tantos años, se había disipado en el momento en que caí por las escaleras ayer... —Luego, de repente descubrí que, a pesar de haberte prometido que no volverías a contactar con ella... —Tu relación con ella sigue siendo cercana. Sergio abrió la boca, pero luego la cerró. Claramente no esperaba que yo sup