Capítulo 80

Emilio hablaba en serio. —Selena, siempre he creído que cuando se trata de la persona correcta, todo vale la pena. Selena finalmente aceptó. —Lo guardaré por ti temporalmente, hasta que encuentres a alguien más adecuado. Puedes recuperarlo cuando quieras. Emilio aceptó aparentemente, pero en su corazón, estaba convencido de que Selena era la verdadera dueña de ese diamante negro. Después de almorzar juntos, Emilio llevó a Selena de vuelta al hotel, y de paso, le compró un paquete de castañas asadas y unos documentos. Antes de irse, dijo: —No se puede ser demasiado blando en la vida, lo que está en estos documentos te será de mucha ayuda. Selena inicialmente no entendía, pero al abrir los archivos lo comprendió. Lo de no ser demasiado blando se refería a Esther. Él había pensado en todo. Ella nunca había sido una buena persona. Si alguien dañaba sus intereses o a su familia, entonces que se preparara para su venganza. A ver quién puede ser más cruel. Selena ya no era la misma de antes.