Capítulo 31

—Tío, ¿cómo es que sigues siendo igual que antes?— Selena no podía ocultar el desprecio en su mirada. Se inclinó acercándose a él y dijo, —Tío, sinceramente, esa llamada que me hiciste hace cuatro años realmente me abrió los ojos. Si no fuera por esa llamada esa noche, muchas cosas Selena no las habría descubierto. —Tío, no te preocupes, todo lo que deseas no se va a realizar, te lo aseguro. Selena miró a Inés, quien comprendiendo la situación hizo una señal al personal de seguridad para que sacaran a Diego. Ella se sentó en el asiento principal, observando a aquellos que no se atrevían a hablar. —Todos ustedes, los mayores, fueron buenos compañeros de mis padres cuando estaban en este mundo, confío en su integridad. —Soy una persona decente, no quiero demandarlos, hoy les doy la oportunidad de hablar de lo que han hecho, no importa qué falta sea, si pueden remediarla, no les guardaré rencor. —Si no pueden remediarla y eso daña los intereses de la compañía, creo que todos entienden cuá