Capítulo 71 Ella no puede escapar

Esta mujer, no se sabe a quién está previniendo, vestida con un pijama de algodón de manga larga y pantalones largos. Sin embargo, debido a su mala postura al dormir, los botones de la camisa se soltaron, revelando una parte de su clavícula. Parece que no entiende que cuanto más cubierta esté, más provoca el deseo de arrancar todo. Ángel no sabía qué estaba sopesando, en cualquier caso, después de beber el agua, regresó a su habitación. Durante la noche, Silvia se despertó una vez por el frío y descubrió que la manta se había caído al suelo. Simplemente se puso una camisa ligera y volvió a cubrirse con la manta. A pesar de eso, cuando se levantó a la mañana siguiente, Silvia aún sentía la cabeza mareada. Sin embargo, después de lavarse la cara, la sensación de mareo mejoró mucho. Al salir del baño, Ángel ya estaba desayunando en el comedor. Ella preguntó: —Presidente Ángel, ¿hay un botiquín en la habitación? Quería tomar algo para el resfriado por si acaso. —No, si necesitas algo, pid