Capítulo 365 Felicidad

La puerta de la suite en el último piso apenas se abrió con la tarjeta de la habitación cuando el hombre abrazó a la mujer y entró de un salto. Silvia tropezó con el felpudo en la entrada, y Ángel la levantó en brazos. Ella ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, Ángel la besó de inmediato. Su beso fue apasionado y ardiente, incluso un poco impetuoso, como si él no fuera ese Presidente Ángel frío, distante y decisivo, sino... Sino simplemente un hombre. Un hombre anhelando a su mujer. Silvia se quedó sin aliento, con la mente en blanco, algo confundida, parecía... parecía que todavía no había aceptado, ¿verdad? Ella solo... ¿Solo qué? Silvia estaba tan abrumada por sus besos que no podía recordar nada más, en ese momento solo podía pensar en la lluvia de estrellas sobre la plaza. Silvia agarraba firmemente el dobladillo del traje de Ángel, Ángel, sintiendo que ella respiraba con dificultad, dejó sus labios para besar sus ojos, luego la delicada piel debajo de ellos. Las pestañas de Silv