Capítulo 82 Él quiere anular el compromiso de Ángeles

Ariadna y Fernando se miraron por un momento y luego apartaron la mirada. —¡Entonces, tomemos un café! —Disculpen la molestia. —No es molestia, no es molestia,—dijo Fernando con una sonrisa cariñosa, y enseguida dio instrucciones a uno de los sirvientes para que preparara el café. —Papá, voy a cambiarme de ropa. Tú atiende a Baldomero y al Señor Javier. —Baldomero, Señor Javier, esperen un momento, ya regreso. Ángeles sonrió de forma encantadora. Desde que regresó a la familia Romero, se había vuelto mucho más juguetona. Porque, frente a su familia, podía comportarse de manera mimada sin reservas. —¡Ve rápido!—Fernando le dio una palmada en la cabeza a Ángeles y luego invitó a Baldomero y a Ariadna a entrar. La familia Romero vivía en una mansión enorme. La sala de estar, con techos altos, tenía cerca de ocho metros de largo. Un enorme y hermoso candelabro de cristal colgaba del techo, deslumbrante y lujoso. La decoración era opulentamente elegante, con muebles importados