Capítulo 34

Hace medio mes, el gerente de Ciberna Digital me contactó, entregándome su tarjeta de visita e indicando su deseo de hablar conmigo. Alcé una ceja y me senté con él para ver qué quería exactamente. Tras una larga charla, finalmente llegó al grano: me ofreció muchos beneficios y prometió que si completaba la tarea, podría incorporarme a Ciberna Digital directamente como directora. Casi me río, pero me contuve. ¿No hacen verificaciones de antecedentes? Soy compañera de escuela de José, después de todo. ¿Haría algo así? —Tendrás que aumentar la oferta. Dije mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa, negociando con él. Finalmente acordamos un trato por 750,000 dólares. —Señorita María, espero que podamos trabajar bien juntos. Asentí con la cabeza, sonriendo genuinamente mientras veía el depósito inicial en mi teléfono. Después de que él se fue, volví a la empresa y en el camino llamé a José. —José... José, de pie frente a una ventana panorámica, sonrió satisfecho: —Bien, proce