Capítulo 64 Dominar la vida

—Moni... Julia la miró con gran compasión, sacó un pañuelo y, con suavidad, le secó las lágrimas del rostro. Las lágrimas brillaban en su hermosa y delicada cara, como perlas caídas de un ángel roto. Verla tan triste no podía dejar de hacerla sentir dolor también. Mónica tomó cuidadosa el pañuelo, y su voz se tiñó de una leve tristeza. —Mi mamá siempre tuvo miedo de Manuel. Yo le pedí que se rebelara o que lo dejara. Pero ella solo me miró y dijo que esa era la suerte que le había tocado, que no podía separarse de Manuel ni de Ricardo. Me enojé demasiado con ella, pero también la comprendí. Mi mamá no tenía una buena situación económica, y eso hizo que tuviera una personalidad insegura y débil. Cuando conoció a Manuel, él venía de una familia adinerada, con una personalidad bastante fuerte y audaz. Él se enamoró de ella de inmediato, la cortejó por un tiempo y mi mamá terminó con él. Ella, al sentirse inferior, temía que Manuel la dejara, y además quería su protección