Capítulo 805

En la furgoneta, Lucille miraba por la ventanilla el paisaje que se alejaba. Su expresión era tranquila como siempre. Era como si ella no fuera una víctima de secuestro. En cambio, estaba sentada en un automóvil privado, acompañada por un conductor y un guardaespaldas en un viaje. Los dos asesinos guardaron silencio durante un rato y tuvieron que admitir su derrota. Pronto, el coche se acercó a un edificio en ruinas en las afueras. Después de dar varias vueltas, finalmente se detuvo. Los dos asesinos salieron primero del coche y luego abrieron la puerta. Fueron extremadamente obedientes a Lucille en el camino. Casi la invitaron a pasar. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que se suponía que ellos eran los secuestradores y ella era su rehén, los dos asesinos se abstuvieron de hacerlo. Lucille los miró con una leve sonrisa y fue conducida al interior del ruinoso edificio. No había barandilla en las escaleras. A medida que subían más y más, mirar hacia abajo era suficiente para marear