Capítulo 187

¡Hiss! Esther mordió con fuerza y rompió los labios de Cipriano. Dolorido, Cipriano soltó la boca y, tocando la sangre en sus labios, sonrió maliciosamente y dijo: —Te atreves a morderme, entonces morirás. Con un chasquido, Cipriano torció el cuello de Esther. —¡No! Isabel vio con sus propios ojos cómo Esther, su secretaria y como una hermana para ella durante años, moría frente a sus ojos, y se sintió desolada. —¿Eh? Este cuello es demasiado frágil, ni siquiera he usado mucha fuerza y ya está muerta. Cipriano arrojó el cuerpo ya sin vida de Esther frente a Isabel. En la habitación del hospital, todos estaban con el corazón en un puño, sin atreverse a hacer ruido. Una persona viva había sido asesinada así, ¿quién no tendría miedo? Isabel abrazó el cuerpo de Esther, con lágrimas en los ojos, desconsolada. —Isabel, no te apresures a llorar, esto es solo el comienzo. También es el precio que debes pagar por hacer una elección equivocada. Si hubieras elegido ser mi mujer desd