Capítulo 19

El lugar, antes ruidoso, se volvió de repente silencioso como un cementerio. Todos siguieron la dirección de la voz. Allí estaba Bruno, con el rostro pálido como el hierro, y sus ojos agudos parecían arder con llamas negras. Su presencia era siniestra y terrorífica, con un poder disuasorio formidable. La mujer se asustó con el aura de Bruno, balbuceando: —¿Quién eres tú? ¿Qué derecho tienes de interferir conmigo? La voz de Bruno era fría como si estuviera templada en hielo y nieve: —Porque estás causando problemas sin sentido y perturbando el orden de la clase. La mujer soltó una risa fría: —Esta escuela está patrocinada por la familia García, y mi esposo es una figura prominente frente al presidente del Grupo García. Incluso el director no se atrevería a controlarme, ¿y tú quién crees que eres? Otros también comenzaron a decir: —La Señora Ruiz realmente conoce al presidente del Grupo García, no es prudente ofenderla, o los niños podrían verse afectados. —Exacto, puede